lunes, 7 de julio de 2014

TETUÁN, LA EXPERIENCIA DE UN VIAJE

Teníamos mucha ilusión de realizar este viaje a una ciudad tan entrañable y querida como Tetuán.

Queríamos que fuera especial y que los viajeros se sintiesen como en casa, y la verdad es que creo que lo conseguimos.

El viaje estaba pensado para unas diez personas. Algunos nos conocíamos, otros no, aunque sí que todos de una manera u otra ya habían viajado o hecho alguna ruta con nosotros, así que pronto todos fuimos amigos.
Quedamos el viernes a mediodía en el Puerto de Algeciras. Allí, mientras unos comían y otros y se conocían y charlaban, íbamos tramitando los billetes para el embarque.


El tiempo nos acompañó y la travesía fue muy buena.


Llegamos a Tánger MED, donde más de uno se quedó de piedra con el impresionante puerto en el que tras desembarcar te recoge un bus lanzadera que te lleva a la nueva terminal donde nos estaba esperando nuestro amigo Yassin con su magnífico minibús decorado.




Llegamos a Tetuán. Todos mirábamos por la ventana el bullicio de las calles llenas de gente mientras nos acercábamos a la Plaza al-Jalaa donde bajamos y cogimos nuestras maletas



para continuar unos 50 metros hasta llegar al espléndido Riad donde nos quedábamos en el corazón de la medina.



Todas las habitaciones son distintas y la decoración de cada una de ellas no deja de sorprender, así que sorteamos las habitaciones por código de color.



Tras un descanso de media hora para deshacer maletas, nos volvimos a encontrar para dar un paseo por la ciudad.

Ese día estaba el Rey de Marruecos en Tetuán, así que desde una esquina de la Plaza de Hassan II explicamos la primera visita que íbamos a realizar que básicamente consistía en dar una vuelta bastante completa por la ciudad atravesando los diferentes espacios del libro “El Tiempo Entre Costuras” y las localizaciones de la serie basada en el mismo.


Partimos de la Plaza de Hassan II, antigua Plaza de España durante el Protectorado, época en la que transcurre el libro, llegamos a la Bab Ruah (puerta del viento) desde donde se puede uno adentrar al Mellah (antiguo barrio judío) a través de la calle de La Luneta, donde estaba la pensión de Candelaria y camino que sigue la protagonista en la escena del contrabando de armas. Sin embargo, esto lo dejamos para que cada uno por su cuenta lo pudiera hacer ya que por este barrio es fácil orientarse, así que entramos a la Medina por la Calle Terrafin siguiendo el camino que nos lleva hasta la Bab Okla (puerta de la reina) donde encontramos nada más salir la Escuela de Artes y Oficios a la que iba Sira en busca de dibujantes para sus patrones a la antigua escuela de Mariano Bertuchi.




Una vez salimos de la Medina continuamos nuestro paseo por el Parque de Cajigas, camino de tomar algo en la Casa de España, cuando nos avisaron que nos habían preparado una sorpresa en el Riad y nos estaban esperando para darnos la bienvenida con un grupo de música andalusí.


Así que apretamos el paso un poco para poder terminar nuestro recorrido temático por el Ensanche Español, donde también transcurre esta novela.


Para más de uno era la primera vez que iban a Marruecos y tenían ganas de probarlo todo, así que pedimos un menú degustación que acompañamos de cerveza marroquí Flag.



Esa noche nos portamos bien después del trayecto y nos fuimos a dormir.

Quedamos a las diez de la mañana ya desayunados para comenzar nuestra segunda ruta, consistente en ver diferentes elementos representativos de la medina de Tetuán. De nuevo entramos por la Bab Ruah y nos dirigimos en primer lugar a la Plaza de Suk al-Hot para ver los restos de la antigua muralla del primer recinto fortificado de la ciudad. Allí nos encontramos con un aguador, quien muy amablemente nos dejó hacernos fotos con él.


Seguimos andando en busca de la Madraza Lucash, pero desgraciadamente estaba cerrada, así que proseguimos nuestro camino atravesando la calle Nairin donde se encuentran los artesanos de la madera, hasta llegar a la Bab Mqabar, la puerta más antigua de la ciudad, donde vimos en el cementerio musulmán el Mausoleo de Sidi al-Mandri, refundador de Tetuán. Tras entrar de nuevo en la medina accedimos a las curtidurías, donde nos explicaron el proceso de curtido. Al salir estuvimos un rato de compras por el barrio de los artesanos del cuero.


Hacía mucho calor y dejamos atrás los zocos para pasear por calles más estrechas, llenas de calma perdiéndonos entre los entuertos y recovecos que forman.


Llegamos a una Casa-Patio tetuaní que nos iban a abrir para su visita. Decididamente este fue el momento álgido de la excursión, en el que el grupo demostró estar completamente integrado y perfectamente acomodado en el ritmo de la ciudad. El señor que nos tenía que abrir la casa estaba fuera y tardó más de media en llegar, tiempo en el que unos nos sentamos en los escalones frescos de los soportales de las casas, otros jugaban con los niños, otros hacían fotos… para cuando entramos en la casa ya todos éramos amigos.



Cuando salimos el hambre y la sed ya nos podía y decidimos almorzar. Seguimos tomando comida típica como la pastela y los pinchitos, junto con el guiso del día que era Tagine de San Pedro.


Para la tarde no teníamos programado nada, pensada para que cada uno hiciese lo que le apeteciese, aunque por supuesto orientando en las diferentes posibilidades, unos se echaron la siesta, otras fueron de compras y otros fuimos al Museo Arqueológico y al Hammam.


Por la noche nos encontramos para tomar unas tapas y algunos prolongaron la noche con alguna que otra copita.



El último día quedamos un poco más tarde para hacer maletas y desayunar tranquilos. A las 10.30 ya nos estaba esperando un guía local para realizar la última visita. En esta ocasión, tuvimos la oportunidad de callejear por muchos más sitios, visitar el barrio judío hasta llegar a la antigua sinagoga, pasar por mezquitas y zagüias, ver las fuentes públicas de la red del skundo, meternos por los callejones ciegos que forman los adarves y atravesar diferentes zocos de artesanos, carnes, pescados, frutas y verduras, etc.






Ya de vuelta antes de comer, algunos dimos un último paseo por el Ensanche,



Comida, vino de la tierra y camino para el ferry…. De vuelta a casa, unos días estupendos en los que agradecer a todos el buen espíritu del grupo y el buen recuerdo que nos queda.

Deseando volver…





3 comentarios:

  1. Un día va a salir en una calleja un brazo de un portal,tirará de mi hacia dentro y me quedaré para siempre en Marruecos.
    Mientras tanto,en Viajes Lago son muy majos y en grupos pequeños organizan viajes inolvidables. ¿Cuando volvemos?

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    1. En octubre volvemos seguro...y si alguien quiere, pues volvemos antes con un grupo a medida. Nosotros deseando y enamorados de Tetuán...

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  2. Ya se ha llenado el viaje de octubre...preparando otro para noviembre!!!

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