Teníamos mucha ilusión de realizar este viaje a una ciudad
tan entrañable y querida como Tetuán.
Queríamos que fuera especial y que los viajeros se sintiesen
como en casa, y la verdad es que creo que lo conseguimos.
El viaje estaba pensado para unas diez personas. Algunos nos
conocíamos, otros no, aunque sí que todos de una manera u otra ya habían viajado
o hecho alguna ruta con nosotros, así que pronto todos fuimos amigos.
Quedamos el viernes a mediodía en el Puerto de Algeciras.
Allí, mientras unos comían y otros y se conocían y charlaban, íbamos tramitando
los billetes para el embarque.
El tiempo nos acompañó y la travesía fue muy buena.
Llegamos a Tánger MED, donde más de uno se quedó de piedra
con el impresionante puerto en el que tras desembarcar te recoge un bus
lanzadera que te lleva a la nueva terminal donde nos estaba esperando nuestro
amigo Yassin con su magnífico minibús decorado.
Llegamos a Tetuán. Todos mirábamos por la ventana el
bullicio de las calles llenas de gente mientras nos acercábamos a la Plaza
al-Jalaa donde bajamos y cogimos nuestras maletas
para continuar unos 50 metros hasta llegar al espléndido
Riad donde nos quedábamos en el corazón de la medina.
Todas las habitaciones son distintas y la decoración
de cada una de ellas no deja de sorprender, así que sorteamos las habitaciones
por código de color.
Tras un descanso de media hora para deshacer
maletas, nos volvimos a encontrar para dar un paseo por la ciudad.
Ese día estaba el Rey de Marruecos en Tetuán, así
que desde una esquina de la Plaza de Hassan II explicamos la primera visita que
íbamos a realizar que básicamente consistía en dar una vuelta bastante completa
por la ciudad atravesando los diferentes espacios del libro “El Tiempo Entre
Costuras” y las localizaciones de la serie basada en el mismo.
Partimos de la Plaza de Hassan II, antigua Plaza de
España durante el Protectorado, época en la que transcurre el libro, llegamos a
la Bab Ruah (puerta del viento) desde donde se puede uno adentrar al Mellah
(antiguo barrio judío) a través de la calle de La Luneta, donde estaba la pensión
de Candelaria y camino que sigue la protagonista en la escena del contrabando
de armas. Sin embargo, esto lo dejamos para que cada uno por su cuenta lo
pudiera hacer ya que por este barrio es fácil orientarse, así que entramos a la
Medina por la Calle Terrafin siguiendo el camino que nos lleva hasta la Bab
Okla (puerta de la reina) donde encontramos nada más salir la Escuela de Artes
y Oficios a la que iba Sira en busca de dibujantes para sus patrones a la
antigua escuela de Mariano Bertuchi.
Una vez salimos de la Medina continuamos nuestro
paseo por el Parque de Cajigas, camino de tomar algo en la Casa de
España, cuando nos avisaron que nos habían preparado una sorpresa en el Riad y
nos estaban esperando para darnos la bienvenida con un grupo de música
andalusí.
Así que apretamos el paso un poco para poder terminar
nuestro recorrido temático por el Ensanche Español, donde también transcurre
esta novela.
Para más de uno era la primera vez que iban a Marruecos y
tenían ganas de probarlo todo, así que pedimos un menú degustación que
acompañamos de cerveza marroquí Flag.
Esa noche nos portamos bien después del trayecto y nos
fuimos a dormir.
Quedamos a las diez de la mañana ya desayunados para
comenzar nuestra segunda ruta, consistente en ver diferentes elementos
representativos de la medina de Tetuán. De nuevo entramos por la Bab Ruah y nos
dirigimos en primer lugar a la Plaza de Suk al-Hot para ver los restos de la
antigua muralla del primer recinto fortificado de la ciudad. Allí nos
encontramos con un aguador, quien muy amablemente nos dejó hacernos fotos con él.
Seguimos andando en busca de la Madraza Lucash, pero
desgraciadamente estaba cerrada, así que proseguimos nuestro camino atravesando
la calle Nairin donde se encuentran los artesanos de la madera, hasta llegar a
la Bab Mqabar, la puerta más antigua de la ciudad, donde vimos en el cementerio
musulmán el Mausoleo de Sidi al-Mandri, refundador de Tetuán. Tras entrar de
nuevo en la medina accedimos a las curtidurías, donde nos explicaron el proceso
de curtido. Al salir estuvimos un rato de compras por el barrio de los artesanos
del cuero.
Hacía mucho calor y dejamos atrás los zocos para pasear por
calles más estrechas, llenas de calma perdiéndonos entre los entuertos y
recovecos que forman.
Llegamos a una Casa-Patio tetuaní que nos iban a abrir para
su visita. Decididamente este fue el momento álgido de la excursión, en el que
el grupo demostró estar completamente integrado y perfectamente acomodado en el
ritmo de la ciudad. El señor que nos tenía que abrir la casa estaba fuera y
tardó más de media en llegar, tiempo en el que unos nos sentamos en los
escalones frescos de los soportales de las casas, otros jugaban con los niños,
otros hacían fotos… para cuando entramos en la casa ya todos éramos amigos.
Cuando salimos el hambre y la sed ya nos podía y decidimos
almorzar. Seguimos tomando comida típica como la pastela y los pinchitos, junto
con el guiso del día que era Tagine de San Pedro.
Para la tarde no teníamos programado nada, pensada para que
cada uno hiciese lo que le apeteciese, aunque por supuesto orientando en las
diferentes posibilidades, unos se echaron la siesta, otras fueron de compras y
otros fuimos al Museo Arqueológico y al Hammam.
Por la noche nos encontramos para tomar unas tapas y algunos
prolongaron la noche con alguna que otra copita.
El último día quedamos un poco más tarde para hacer maletas
y desayunar tranquilos. A las 10.30 ya nos estaba esperando un guía local para
realizar la última visita. En esta ocasión, tuvimos la oportunidad de callejear
por muchos más sitios, visitar el barrio judío hasta llegar a la antigua sinagoga,
pasar por mezquitas y zagüias, ver las fuentes públicas de la red del skundo, meternos
por los callejones ciegos que forman los adarves y atravesar diferentes zocos
de artesanos, carnes, pescados, frutas y verduras, etc.
Ya de vuelta antes de comer, algunos dimos un último paseo
por el Ensanche,
Comida, vino de la tierra y camino para el ferry…. De vuelta
a casa, unos días estupendos en los que agradecer a todos el buen espíritu del
grupo y el buen recuerdo que nos queda.
Deseando volver…
Un día va a salir en una calleja un brazo de un portal,tirará de mi hacia dentro y me quedaré para siempre en Marruecos.
ResponderEliminarMientras tanto,en Viajes Lago son muy majos y en grupos pequeños organizan viajes inolvidables. ¿Cuando volvemos?
En octubre volvemos seguro...y si alguien quiere, pues volvemos antes con un grupo a medida. Nosotros deseando y enamorados de Tetuán...
EliminarYa se ha llenado el viaje de octubre...preparando otro para noviembre!!!
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