lunes, 21 de septiembre de 2015

Por la Raya de Portugal.-


En la última semana de agosto aprovechando que estábamos cerca, en el Andévalo onubense, decidimos escaparnos unos días por El Alentejo portugués y visitar una zona conocida como la Raya porque es la zona fronteriza entre España y Portugal dotadas ambas zonas con numerosas murallas y fortalezas. Así entrando por Rosal de la Frontera establecimos nuestro centro de operaciones en  Moura  alojándonos en el Hotel de Moura, antiguo Convento de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, fundado en el S.XVII y adaptado a hotel en 1.900, es hoy en día un acogedor hotel de 3* donde combina el encanto del antiguo Convento con las comodidades de un hotel del siglo XXI con habitaciones amplias, un desayuno muy digno y una tranquilidad que hace que descanses de manera efectiva.

Moura: viviendas
 El día que llegamos disfrutamos de un almuerzo en un pequeño restaurante cerca del hotel, donde tenía una amplia muestra de la gastronomía alentejana, por cierto buenísimos los quesos y el bacalao con espinacas, todo ello acompañado de un buen vino de la tierra, para los amantes del vino se pueden visitar numerosas bodegas por los alrededores.  Al anochecer disfrutamos de un paseo por esta bella localidad disfrutando de su morería por sus estrechas calles  donde destaca el blanco de sus casas y sus macetas de flores, de su muralla y Torre del Homenaje del S.XIII  y del Jardín del Dr. Santiago, un espacio lleno de fuentes, estanques con patos, arboleda y un mirador donde hay una vistas espectaculares del paisaje alentejano.

Beja: Torre del Homenaje
Después de un buen desayuno para reponer fuerzas  nos dirigimos a Beja, capital de esta región portuguesa. Nada más llegar nos quedamos maravillados de su muralla y Torre del Homenaje Gótica que domina toda la ciudad. Recopilamos información en una Oficina de Turismo donde una amable guía nos recomendó visitar , la  Iglesia de San Amaro con restos visigodos,  unas Termas Romanas que están en pleno centro, El Museo Regional de Beja y la Pousada. De todo ello lo que más nos llamó la atención fue el Museo que está integrado en el antiguo Convento de la Concepción fundado en 1.459, de la orden de Santa Clara bajo la jurisdicción franciscana, aparte de su Iglesia, Atrio, Claustro destaca sobremanera y tiene un vínculo con nuestra ciudad la azulejería donde destaca los azulejos importados en el SXV desde Sevilla hechos según las técnicas de cuerda seca y de arista (o cuenca) de los talleres de Fernán Martínez Guijarro y Niculoso Pisano.  Actualmente todavía podemos admirar la magnífica Sala del Capítulo  del Convento de da la Concepción. Es digno de contemplar también la historia de la vida de San Juan Bautista y de Jesús Cristo representado en los paneles de azulejos del S.XVIII en este mismo museo.

Beja: Cerámica sevillana en la Sala Capitular del Convento de la Concepción

Beja es considerada un museo vivo del arte del azulejo y hay muestra de ello en numerosas casas y monumentos por toda la ciudad.

Para tomar un cafelito , descansar y aprovechar para ver el sitio estuvimos en la Pousada, antiguo Convento de San Francisco, hotel de lujo ideal para un retiro físico y espiritual, donde se ha sabido combinar el sabor del antiguo convento con las  comodidades de un Hotel de 5*.

Ya por la tarde pasamos por Serpa para admirar su castillo, murallas y acueducto del S. XVII. Por cierto hay un Museo del Reloj con más de dos mil relojes mecánicos desde 1630 hasta nuestros días, es único en la Península Ibérica.

Serpa: Torre y murallas

El día de regreso a Sevilla  aprovechamos para visitar el Museo de la Luz que es un Centro de Interpretación en la Nueva Aldea de Luz, donde se expone como para la construcción del Pantano de Alqueva (el mayor de Europa Occidental) es necesario trasladar la Aldea de la Luz  a otro sitio, las consecuencias que trajo consigo este desplazamiento y el nuevo pantano a sus habitantes y el entorno.

Pantano de Alqueva
 A pocos kilómetros de aquí aprovechamos para almorzar y visitar una joya arquitectónica de este lugar , me refiero a Monsaraz donde se conserva perfectamente sus murallas y fortaleza en un pequeño recorrido peatonal que te traslada a  la Edad Media y donde se disfruta de unas vistas magnificas del pantano de Alqueva y de todo el Alentejo. 

Monsaraz: callejero medieval




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